El calibre ETA 2824-2 es uno de las más utilizados por las firmas de relojería para montar relojes automáticos de pulsera. La mayoría de modelos que utilizan esta sofisticada maquinaria obtienen la energía para su marcha de una masa oscilante que se activa gracias a los movimientos naturales de la muñeca del usuario. Esta masa es la que garantiza que el reloj tenga cuerda en todo momento.
El movimiento ETA 2824-2 suele montarse habitualmente en relojes automáticos de gama media, en modelos de marcas como Hamilton, Certina, Tissot, o Traser. Los orígenes de su fabricación se remontan al año 1972, y se le considera un derivado del clásico calibre 1429U/1439U de Eterna.
A diferencia de los relojes de cuarzo, los relojes automáticos no necesitan pila. Su funcionamiento arranca cuando el usuario les da cuerda manualmente, y a partir de entonces, el reloj comienza a funcionar ininterrumpidamente. Dependiendo del modelo, la reserva de marcha puede durar muchas horas, aunque lo habitual es que lo haga entre unas 40 y 48 horas.