Los visores nocturnos tienen como misión principal permitir a sus usuarios ver sin ser vistos en situaciones de absoluta oscuridad. A nivel tecnológico, los visores nocturnos utilizan para su funcionamiento la luz residual de un determinado espacio para convertirla en una proyección lumínica. Esto es posible gracias a un sistema electrónico que permite multiplicar por 15.000 veces la luz residual existente.
La mayoría de visores nocturnos están equipados con una pequeña linterna de rayos infrarrojos cuyo haz de luz no resulta visible para las personas ni para la mayoría de animales. Sin embargo, la luz infrarroja emitida por esta linterna sí que es captada por los visores nocturnos, lo que permite aumentar notablemente su rendimiento en condiciones de ausencia total de luz.
Los visores nocturnos pueden ser el complemento idóneo para los cazadores amantes de las esperas (jabalíes), pues ofrecen al tirador la posibilidad de observar a su objetivo con cierta claridad incluso en noches sin Luna ni estrellas. Sin embargo, es necesario saber que en España está prohibido su uso directamente montados sobre un arma de fuego de caza.

La oscuridad siempre ha sido uno de los grandes temores del ser humano. Un temor basado en un miedo irracional a lo desconocido, a lo que no puede verse o reconocerse a simple vista. Para iluminar ambientes oscuros, el ser humano ha recurrido, en la medida de lo posible, a la tecnología. Linternas, focos, o candelas han sido, junto a las tradicionales antorchas, algunos de los elementos más utilizados para iluminar espacios abiertos o estancias sumidas en la más absoluta oscuridad.
Los principales interesados en el uso de visión nocturna son los cazadores y los profesionales para ver sin ser vistos. Bajo estos preceptos surgieron los primeros visores nocturnos, unas miras ópticas cuyo principal objetivo es suministrar a quien las porta una importante ventaja estratégica.

Generaciones de los visores nocturnos
Primera generación
Estos visores nocturnos amplifican la luz ambiental miles de veces. Normalmente suelen incluir iluminadores infrarrojos con los que ver en completa oscuridad. Es la opción más barata. Brindan imágenes de buena calidad aunque en ocasiones borrosas y tienen varios usos: Caza, pesca y vigilancia.
Segunda generación
Estos visores son algo mejor en prestaciones. Los visores nocturnos de 2ª generación los emplean las fuerzas del orden, aunque también los usan algunos profesionales. El precio parte de 1.000 euros. La mejora respecto a la anterior generación es la integración de una "placa de microcanal" o MCP. Son tubos de vidrio que amplifican los electrones obteniendo así imágenes de mejor calidad.
Tercera generación
A los visores nocturnos de 3ª generación se le añade un compuesto de arseniuro de galio. De esta forma se consigue una mejora en la calidad de imagen junto con mayor brillo y nitidez. Así mismo, se le incorpora una barrera de iones para aumentar la vida útil del visor.
Cuarta generación
Estos visores nocturnos son tecnológicamente superiores. El precio es prohibitivo y normalmente son visores reservados a los profesionales privados y al ejército. Suelen durar miles de horas y permiten visualizar imágenes de alta resolución.
Como decíamos, prácticamente todos los equipos de visión nocturna funcionan de la misma forma: captan la luz residual del ambiente y la intensifican al máximo posible. Para conseguirlo, utilizan unos sensores infrarrojos que son capaces de transformar, mediante un proceso electro-químico, esa luz residual en iluminación. Además de la caza profesional o de su empleo en actividades bélicas, los visores nocturnos tienen muchas otras aplicaciones, como por ejemplo, servicios de vigilancia o guardería nocturna, operaciones de búsqueda y rescate, travesías de senderismo nocturnas, etc.
Por lo que respecta a sus fabricantes, uno de los más conocidos y que cuentan con una mayor variedad de productos es la firma ATN, aunque también hay otras marcas de reconocido prestigio internacional, como Pulsar, que se han especializado en la producción de estos visores nocturnos para armas de fuego. A estas dos compañías habría que añadir algunas no tan populares como Yukon, Dedal o Night Owl, que a pesar de no ser tan conocidas sí que comercializan productos con una buena relación calidad-precio.

Al igual que las miras tradicionales, los visores nocturnos también tienen aumentos, sobre todo los de generaciones más avanzadas. En este sentido, encontramos modelos de 2 aumentos, de 3 aumentos, y hasta de 6x. En cuanto al precio de estos productos, en general suele ser bastante alto, aunque depende básicamente de cada modelo y del tipo de tecnología que lleve aplicada. Por concretar un poco más, podemos encontrar visores nocturnos para armas de fuego desde 1.000 hasta 10.000 euros, siendo los formatos más económicos los conocidos como monoculares de visión nocturna.
Por último, conviene recordar que en España el uso de visores nocturnos montados en armas de fuego está prohibido para los tiradores y cazadores civiles. A ellos sólo se les permite el uso de monoculares y equipos de visión nocturna que no estén directamente instalados en un arma de fuego.
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